La dieta lipofídica cada vez toma más adeptos a nivel mundial, ya que ayuda a para perder peso de forma natural. Se trata de un nuevo concepto de alimentación saludable, que si se lleva de manera adecuada podrá ser de muy útil con resultados realmente positivos para el organismo ¿La conoces?
De qué trata
Es una dieta que lleva su tiempo, pero es muy efectiva y lo mejor es que no existe rebote alguno, ya que el peso que se pierde es de forma segura y se va ajustando a los cambios que se producen en el organismo durante la transición. Además de ello, se logra desintoxicar y reestructurar los tejidos digestivos. Consiste en eliminar todos aquellos productos que han sido procesados por el hombre. Aunque si este se llevará a un extremo, se podría decir que no se comería nada, ya que hoy en día la mayoría de los alimentos los elabora el hombre. Sin embargo, se entiende que los alimentos que están restringidos para este régimen alimenticio son los refinados, procesados y precocinados. Inclusos los que cuentan con un alto contenido en grasa.
La dieta precisa de dos etapas. La primera tiene una duración de 3 a 4 meses, que es donde se pierde la mayor parte del peso. En ella habría que eliminar de forma estricta los alimentos prohibidos (alcohol, azúcares refinados, cereales refinados, carne de cerdo y pato, pan, galletas, conservas, encurtidos, productos precocinados, salchichas, vinagres, manteca, tocino, yogur, quesos, leche entera, alimentos con mucha grasa y comidas procedentes de harinas refinadas).
La segunda etapa se puede alargar hasta perder la totalidad del peso deseado (un aproximado será de unos 2 meses). En este período se puede incorporar ciertos alimentos que no se consumían como aceites, carnes, quesos, azúcares, siempre y cuando no sean alimentos procesados. Sin embargo, es aconsejable llevar un control de la mano de un especialista, ya que hay personas que son más sensibles a la hora de realizar este régimen alimenticio, ya que el hígado o los riñones trabajan de forma exhaustiva.
Sin duda esta dieta promete una pérdida de peso sin el temido efecto rebote y, sobre todo, sin dejar de comer. Así que si puedes opta por esta alternativa para llegar al resultado deseado. No olvides que además de la alimentación el incluir una actividad física de forma constante será ideal para contribuir a la causa.