La meditación es una técnica ancestral en la cual interviene la respiración y la relajación para poder desconectarse del exterior y, con ello, exista una conexión con nosotros mismos, permitiendo un crecimiento personal, así como otras grandes virtudes.
Relación niño y meditación
Si bien es cierto, la meditación es una disciplina que se emplea por los adultos. Los niños también pueden participar en ella, ya que no existe un límite de edad para poder iniciarse. Lo que si es importante recalcar, es que debe ser una meditación a su medida. Especialistas consideran que los niños que juegan con la fantasía y el universo son capaces de aprender a reconocer el entorno y ello se puede lograr por medio de la meditación. Así que valdría la pena saber cuáles son los beneficios que trae consigo dicha técnica.
Virtudes
Mejora la atención: le permite desarrollar aún más las habilidades cognitivas, ya que al aprender a meditar va a desarrollar todas sus competencias intelectuales como la capacidad de abstracción, lógica y cálculo, así como una mejoría en la atención.
Desarrolla asertividad: El pequeño que practica meditación también es capaz de aprender a escuchar sus emociones. Así podrá tener las herramientas para conocer sus capacidades, límites, asertividad y empatía.
Regula las capacidades cardiovasculares: la meditación le permite al niño, regular mejor los órganos, el desarrollo neurológico y la capacidad cardiovascular.
Permite conocer sus capacidades y limites: si bien, el llevar a cabo una actividad física es realmente positivo para cualquier persona, la meditación va a brindar la oportunidad de desarrollar habilidades relacionadas a nivel artístico, social y creativo. Incluso las aptitudes intelectuales y psicomotrices.
Así que por donde lo veas, la meditación es una técnica recomendada para los niños. Ten en cuenta que no es exclusiva de aquellos pequeños con problemas de conducta, por el contrario, todos pueden sacar provecho de la mejor forma ¿Te animas a que tu hijo aprenda está técnica?