Cada vez son más las personas que se vuelven fieles al consumo de las bebidas energéticas. De hecho, este producto ha llegado a reemplazar el café, el refresco y hasta el agua en sí, ya que el efecto suele ser más rápido. Pero ¿acaso sabes lo qué pasa con tu organismo tras su ingesta? Si aún no tienes idea, entonces convendría que echarás un vistazo a ello.
A los 10 minutos de su consumo
A los 10 minutos de ingerir la bebida energética, la cafeína empieza a ser absorbida por la sangre, lo que va a acelerar el cuerpo. Dicha cafeína afecta el ritmo cardíaco y la presión dando una sacudida drástica y, por ende, se dice que uno está más activo y con energía.
A los 25 minutos de su consumo
Es justo el momento de que el organismo notará su efecto al máximo. Es decir que la bebida va a aportar su rendimiento a tope, lo que te hará estar alerta y tener una máxima de concentración.
A los 50 minutos de su consumo
A partir de los 50 minutos, el hígado va a empezar a reaccionar debido al azúcar que ha logrado asimilar. Es lo que se le conoce como “baja de azúcar” y debido a ello empezará a decaer el cuerpo, ya que parte de la cafeína se habrá expulsado del mismo.
A las 5 horas de su consumo
El 50 % de la cafeína de la bebida energética se encuentra en la sangre y, con ello, va a alterar los niveles de azúcar en el cuerpo.
A las 24 horas de su consumo
Es justo el momento en que el organismo comienza a tener signos de abstinencia de la cafeína y puede tener varios síntomas como estreñimiento, irritabilidad y dolor de cabeza, entre otros.
A modo general, las bebidas energéticas aportan grandes cantidades de azúcares y cafeína que afecta el organismo. Si se toman de forma ocasional, puede que este producto no haga tanto daño. Aunque habría que considerar ciertos casos como aquellas personas con presión alta, problemas cardíacos, mujeres embarazadas o niños y adolescentes que debería restringirse su consumo.