Muchas de las veces hablamos de las vitaminas y su importancia en la dieta. Sin embargo, existen aquellas de las que se habla menos y quizás es por su falta de conocimiento. Pero de todos los nutrientes, este puede ser el caso más controversial, ya que no se trata de una vitamina realmente. Es por ello que repasaremos qué es, para qué sirve, sus beneficios y qué alimentos son ricos en dicho nutriente.
Qué es la vitamina F
La vitamina F es un conjunto de ácidos grasos poliinsaturados, los cuales se dividen en Omega-3 y Omega-6. Y aunque se le asigne el nombre de vitamina, no lo es. El organismo no puede sintetizarlo, así que es importante incluir alimentos que contengan estos ácidos para no tener un déficit y, con ello, problemas a futuro como reacciones alérgicas, sequedad en la piel y diversas inflamaciones que causan una baja de rendimiento.
Beneficios
Al ser un conjunto de ácidos grasos esenciales, la vitamina F proporciona las mismas propiedades que el Omega-3 y el la Omega-6. Los niveles correctos de vitamina F ayudan a fortalecer el sistema nervioso. Asimismo, el papel de la vitamina F está ligada con la juventud, ya que ofrece protección frente a los radicales libres frenando los síntomas del envejecimiento, incrementando la microcirculación y brindando mayor elasticidad. También ayuda a restaurar la barrera natural de la piel, la hidrata, reduce las rojeces, el exceso de sebo y potencia la luminosidad del rostro para hacer una piel radiante.
Alimentos ricos en vitamina F
Las fuentes básicas de ácidos poliinsaturados son los aceites vegetales como el de soja, el de oliva, el de lino, el de nuez, el de girasol y el de maíz. También se encuentra en pescados azules como la sardina, el atún, el salmón y la caballa. En lo que respecta a los frutos secos, se puede encontrar en una gran cantidad en cacahuates/maní, almendras, nueces y, en semillas como la de lino y la girasol.
De ahí que sea fundamental aprovechar las virtudes que ofrece la vitamina F y estar en óptimas condiciones.