El comer con colores resulta lindo y agradable a la vista. Sin embargo, cuando la comida que nos estamos llevando a la boca resulta de un color no natural, lo más seguro es que se esté utilizando colorantes químicos de grado alimenticio que pueden tener efectos nocivos para la salud. Así que a continuación te digo cuáles son los colorantes comestibles más peligrosos para que minimices su ingesta.
Azul número 1
El color que se encuentra en los M&M’s, las galletas con malvavisco o las gomitas, es justamente el azul. Además, es común que lo mezclen con otros colorantes para obtener nuevos tonos y sea más agradable a la vista. A diferencia de otros colorantes comunes, este va más allá de la sangre y puede llegar al cerebro, provocando un daño neuronal, alergias fuertes e hipersensibilidad. La ingesta diaria admisible de esta sustancia es de 12 mg por cada kilogramo de peso corporal.
Amarillo número 6
El colorante amarillo número 6 está hasta en la sopa, literalmente. También se encuentra en grandes concentraciones en el queso amarillo para nachos. Sin embargo, este puede provocar ataques de asma y también se relaciona con hiperactividad y síntomas del TDAH en menores. Además, se ha comprobado que cuando los niños padecen de un trastorno, se les retira de la dieta todo lo que tenga que ver con papas fritas y muestran una mejoría significativa en su concentración. También se relaciona con daños testiculares y tumores suprarrenales en animales. Por lo que al ser potencialmente severo, la ingesta diaria admisible sea de 3.35 mg por cada kilogramo de peso.
Rojo número 40
El colorante rojo número 40 es uno de los más extendidos en la industria de la química de alimentos. Se puede encontrar prácticamente en casi todos los refrescos de sabor fresa y cereza, chicles, jarabes para quitar la tos y medicamentos en cápsulas. Estudios aseguran que mientras no se sepa el daño que produce exactamente, lo ideal es sacarlo de la dieta. La ingesta admisible de este producto es de 7 mg por cada Kilogramo de peso corporal.
Así que habrá que prestar más atención a los alimentos que llevamos a la boca para tratar de reducir la ingesta de aquellos que contienen colorantes alimenticios, ya que muchos de ellos pueden ser nocivos para la salud.
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