El incluir proteína en polvo a un vaso de leche o un batido, es de las acciones más frecuentes entre deportistas, sobre todo de aquellos que tienen como objetivo ganar músculo. La proteína es de las cosas básicas para generar músculo, asegurar la fuerza de los huesos así como otras funciones corporales. Pero ¿acaso el ingerir suplementos proteicos puede ser perjudicial para la salud?.
Riesgos de suplementos proteicos
La mayoría de los suplementos proteicos se comercializan en forma de proteína en polvo. Estas proteínas provienen de plantas, leche o huevos. Incluso la proteína puede incluir otros ingredientes como saborizantes artificiales, minerales, espesantes, azúcares añadidos y vitaminas. Lo normal es que una medida incluya de entre 10 a 30 g de proteína.
Dicha mezcla de ingredientes pueden generar riesgos que el consumidor debe conocer para de decidir si ingiere la proteína en polvo. Antes que nada, al tratarse de un suplemento proteico, la evaluación de seguridad de los mismos depende del fabricante. En el caso estadounidense no es posible conocer si los ingredientes de los suplementos que llevan son reales.
En segunda instancia, la composición común de ingredientes puede desencadenar problemas de salud. Se han reportado problemas digestivos. Las personas con alergias o dificultades para digerir la lactosa, pueden llegar a experimentar problemas gastrointestinales, si se ingieren suplementos proteicos que provienen de la leche.
De igual forma, algunos cuentan con concentraciones elevadas de azúcares añadidos y calorías con consecuencias graves, ya que podría ganar peso y dar lugar a un pico de azúcar en sangre nada saludable. En este sentido, la Asociación Americana del Corazón recomienda un máximo de 24 g de azúcar añadido en mujeres al día y 36 g en hombres.
Un estudio publicado en el 2018 por la organización sin ánimo de lucro Clean Label Project, descubrió toxinas en forma de metales pesados y BPA en suplementos de proteína en polvo. Las toxinas que se encontraron en niveles significativos son el plomo, el mercurio, el arsénico, el BPA y el cadmio, las cuales son sustancias que se vinculan con diferentes tipos de cáncer, daño cerebral y problemas reproductivos.
Ahora que ya conoces los riesgos que trae consigo la ingesta de suplementos proteicos, más vale asegurar su origen e ingredientes para consumir lo necesario, siempre y cuando vaya de la mano de un especialista.
Imagen: cuidateplus