Se dice que el té con leche es una bebida que funciona para agregar sabor característico en una misma preparación. Esta fusión de sabores se cree que procede de la época colonial británica, ya que la costumbre de tomar el té, concretamente té negro con leche se popularizó en Hong Kong. Sin embargo, se dice que estas dos bebidas juntas no hacen tan buena mancuerna. Así que vayamos a desvelar la incógnita.
Té con leche
Para los consumidores del té con leche se ha demostrado que los beneficios cardiovasculares que aporta el consumo del té se ha visto ensombrecido por la leche. Resulta que el efecto protector del té sobre el sistema cardiovascular queda anulado por completo al incorporar leche para mejorar el sabor, según una Investigación que se publica en la edición electrónica de European Heart Journal.
Dicha investigación ha realizado pruebas con voluntarios donde se confirma que el té negro mejora significativamente la capacidad de las arterias para dilatarse y relajarse, pero el incluir la leche boicotea totalmente el efecto. Los expertos de laboratorios realizados con aortas de rata y con células endoteliales señalan que, se fomenta la dilatación de los vasos sanguíneos, pero el incluir leche bloquea dicho proceso.
Los hallazgos realizados por científicos del Charité Hospital de Berlín, Alemania y cardiólogos, han sugerido que los consumidores de té que agregan leche, deberían considerar omitirla. El culpable del bloqueo del efecto cardiovascular es un grupo de proteínas llamadas caseína, las cuales interactúan con el té para minimizar la concentración de catequinas en la bebida. Las catequinas son flavonoides del té que ayudan a la protección contra la cardiopatía.
Existe una gran variedad de estudios experimentales y clínicos que indican que el té tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes y vasodilatadores, de tal forma que protege contra las cardiopatías. Pero hasta ahora no se sabía si el añadir leche al té influía en las propiedades protectoras.
Un estudio realizado a 16 mujeres sanas posmenopáusicas que tomaron medio litro de té negro, té negro con un 10% de leche desnatada o agua hervida en 3 situaciones distintas. Se descubrió que, mientras bebían té aumentaba de manera considerable la capacidad de la arteria braquial para relajarse y dilatarse para dar cabida al flujo sanguíneo en comparación con la ingesta de agua. Mientras que la adición de leche impide totalmente el efecto. Asimismo, advierte que los hallazgos también podrían tener consecuencias para el cáncer, contra el cual también se ha demostrado que el té protege.
Así que si tú eres un fiel admirador del té, es importante que consideres agregarle leche, ya que podría boicotear los beneficios para la salud.
Imagen: miarevista